Lulo
Lulo llegó a las vidas de Astrid y Roberto el 12 de febrero de 2018. Fue una fuente de amor y compasión que transformó sus días.
Nació con una condición cardíaca que, según los veterinarios, podría limitar su vida a tan solo dos años. Sin embargo, Lulo desafió todas las expectativas y les regaló seis maravillosos años. Nada lo detuvo para ser un perro juguetón, siempre haciéndose amigo de cada perrito que conocía en el camino.
Lulo fue un perro viajero; una Navidad hizo un viaje por carretera hasta El Paso, Texas, para celebrar con la familia y también exploró La Paz, BCS. Ambos viajes, realizados desde el estado de Washington, demostraron su espíritu aventurero y su amor por compartir momentos con sus seres queridos.
Lulo dejó recuerdos inolvidables en todos aquellos a quienes tocó con su gran corazón. Su inmenso amor por las personas le valió el apodo de "Lulo Mantequilla", porque siempre se “untaba” en los demás, ofreciéndoles su cariño incondicional.
Lulo fue y continúa siendo la fuerza impulsora que inspiró a Astrid y Roberto a crear algo mucho más grande.
Visita el Instagram de Lulo AquiLulo ES no fue
Decimos que Lulo es y no fue porque, aunque ya no está físicamente con nosotros, sigue presente cada día en la vida de Astrid y Roberto. En sus rutinas, en la forma en que hablan y se comportan, siempre hay algo que les recuerda a Lulo.
Para la fundación, Lulo representa los pilares fundamentales de nuestra misión: empatía, respeto, amor y colaboración. La fundación, a través de su misión y visión, busca encarnar y proyectar esos valores que Lulo nos dejó.